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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

domingo, 28 de junio de 2009

¿ Se llegan a Materializar los Deseos ?

Pecado Original 2 - Enrique Daza Rubio

¿Se llegan a materializar los deseos? ¿Cómo se llegan a materializar los deseos? ¿Produce satisfacción la realización de deseos?

Antes de entrar en el tema, vamos a diferenciar entre deseo y necesidad. Necesidad es lo que es imprescindible para uno. Y deseo es la aspiración con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo. No es lo mismo actuar por deseo que por necesidad. La ejecución de esta última es imperiosa y vital, en cambio el deseo puede ser postergado en el tiempo. Por cierto, uno de los problemas más comunes al respecto de los deseos y las necesidades es convertir algunos deseos en necesidades y así tener una sólida base para amargarnos la vida.

El posible cumplimiento de un deseo es fantasear. Hay personas que ni siquiera dan este primer paso. Es decir, que las fantasías abren camino a cualquier deseo.

Para que la fantasía llegue a ser un deseo realizable, lo principal es qué hacer para cristalizar esas ocurrencias. Establecer metas y objetivos, es decir, estar dispuestos a establecer un plan de trabajo, para después llevarlo a cabo y no quedar anclado sólo en la fantasía. Porque hay quien por su afán …su afán controlador de no saber el resultado antes de hacer, se conforman con hablar sobre los planes o deseos. Gente que en lugar de hacer algo para realizarlos encuentran suficiente satisfacción con un logro mental.

Hay que ser tolerantes. Aprender que existe una diferencia entre lo deseado y lo conseguido. Que rara vez la realidad, será un fiel reflejo de aquello que imaginé. En cuanto a la materialización del deseo, si alguien en alguna medida lo consigue, no debe detenerse para vivir de ello. El desear no tiene que ver con un objeto específico, aunque así lo parezca, sino con la necesidad de completud. Como la completud no existe, todo logro termina siendo frustrante. Por eso muchas veces cuando conseguimos algo nos preguntamos: ¿bueno, y ahora que? Se simultanean la sensación de alegría y decepción. Es decir, después de cada logro podemos destacar un estado de incompletud porque continuamos siendo pobres mortales; y otro estado de completud por el deseo satisfecho. Y así hasta siempre.

Asimismo, el Deseo se vincula de una manera directa y necesaria con la angustia. Toda realización del Deseo es mínima que lo que el Deseo espera. En ese sentido nada nos colma nunca plenamente. Ningún logro es suficiente, todo lo logrado tiene sabor a fugaz. El Deseo posee un hambre infinito. La Necesidad se vincula con lo social, el Deseo se vincula con el Ser en si mismo, con el interior, con aquello que nos empuja a realizar algo, el lugar donde el sujeto puede expresar su autonomía. Ese Deseo puede verse atormentado y aterrado por la magnitud de la distancia entre la realización y el Deseo en si mismo. En este caso puede ser que el individuo se repliegue para evitar el riesgo y el mundo en si mismo. Entonces, el Deseo es el lugar del sujeto, y las necesidades el lugar del rol social. Por eso es que el Deseo es visto como algo temido, oscuro y peligroso. Lo institucionalizado le teme al Deseo, lo instituido le teme a la libertad del sujeto. (Psi. Patricia B. Bustos)

Necesidad de Amar y Ser Amado

El Abrazo 1 - Santa Robaina Rodriguez

Todos nosotros conocemos la necesidad de amar y ser amado. Sin embargo, cuando esta necesidad se convierte en carencia, hay algo extra que hay que advertir: estamos vulnerables y desequilibrados.

El origen de la carencia afectiva se encuentra en nuestra dificultad para recibir amor. Es como estar hambriento y no tener estómago para digerir. Pero ¿cómo habrá sido que nuestro estómago afectivo se ha vuelto tan pequeño? Hemos ido alimentándonos cada vez menos, a medida que el alimento emocional se hacía escaso o invasivo.

La necesidad de ser amado forma parte de nuestro instinto de supervivencia, por tanto es algo natural, en cuanto seres que vivimos en sociedad. Pero en nuestra sociedad materialista en que autonomía es sinónimo de madurez, muchas veces esta necesidad es vista como signo de inmadurez o infantilismo. Vamos a aclarar este prejuicio: amar solo se convierte en infantil cuando se vuelve exigencia unilateral: cuando queremos tan solo ser amados.

Extrañamente, cuando quiero algo del otro, dejo de percibirme a mí mismo. Cuando necesito del otro, paso a controlarlo. Entonces, en vez de expresar mi amor, paso a reclamar atención. En lugar de decir que amo, digo qué falta en el otro para sentirme amada.

¡Cuántas discusiones entre parejas, padres e hijos tienen base en este intercambio de intenciones!

Cuando nos convertimos en rehenes del comportamiento ajeno, dejamos de estar conectados a nuestro sentimiento de amar y esperamos tan solo ser amados. En otras palabras, dejo de percibir lo que estoy sintiendo en relación a él, y tan solo me atengo a lo que él está demostrando sentir en relación a mí. La expresión del afecto se contrae bajo esa presión y gradualmente ambos pierden la espontaneidad.

Hay una diferencia entre expresar claramente lo que se quiere y cobrar indirectamente lo que se necesita. En el momento en que simplemente expreso mi deseo, desobligo al otro de actuar. Así, él ya no se siente presionado a cambiar y se vuelve naturalmente dispuesto a retomar la relación.

Al percibir nuestras verdaderas necesidades, deseos e intenciones, liberamos al otro de la carga de adivinar lo que secreta e indirectamente deseamos. Dejamos de imaginar lo que necesitamos y pasamos a sentir nuestras reales necesidades.

Este proceso exige auto-observación. Muchas veces, darse cuenta de algo que nos falta duele más de lo que imaginábamos. Percibir nuestro bloqueo para saber recibir puede ser una sorpresa mayor de lo que pensábamos. Pero, en el momento en que percibo una limitación interior tengo la posibilidad de cambiar. ¿Cómo?

Empezando por admitir que recibir es bueno. No es una amenaza. Solo la experiencia puede afirmarnos lo que queremos o no. Hemos de aprender a ser sinceros con nuestras necesidades frente a los deseos ajenos. Esto ocurre cuando nuestro sí es un sí verdadero.

No es preciso dejar de ser quienes somos al recibir algo intencional de otra persona. No es preciso usar máscaras sociales comportándonos como se espera de nosotros.

Tampoco sentirnos insuficientes e inadecuados si no estamos en condiciones de retribuir. ¡Podemos ser auténticos!

Nos sentimos amados cuando el otro nos acepta tal como somos. Por tanto, dar amor es abrirse para recibir el amor que el otro tiene para darte. Dejar un espacio de ti para acoger al otro en tu interior. (Psi. Patricia B. Bustos)

lunes, 22 de junio de 2009

El LLanto

Girl Butterfly - Alex Gray

Te has sentido alguna vez con un nudo en la garganta ¿Que te impide hablar? Te has propuesto una mascara para no mostrar tus Sentimientos frente a alguien más, más para verte más fuerte ¿Te has prohibido llorar?

La mayoría de las personas tenemos muchos prejuicios acerca del llanto. “Si lloras es porque eres débil”, “Llorar es sólo para las mujercitas”, “¿por qué lloras? ¡Ya madura!”, “Son niñerías”, “Lágrimas de cocodrilo”, “No me vengas con chantajes”… Son algunas de las frases que la gente dice cuando ve a un adulto llorar. Pero, ¿qué tan ciertas son?

¿Es malo llorar?

Normalmente se llora de desesperación, de tristeza, de desaliento, de dolor, se llora de sufrimiento, de miedo, de recelo, de impotencia, de desilusión, se llora de desconsuelo, de abatimiento, de cansancio, de duda, de indecisión. Lágrimas, sollozos, gemidos, suspiros, lamentos, que te ahogan, que te matan, que te asfixian, que te oprimen, que te esclavizan, que no te dejan ver, que no te dejan respirar, no te dejan reír sonreír ni brillar.

Diremos entonces que es malo llorar…pero…¿Y si no sintiésemos nunca esa necesidad? ¿Si no nos desesperáramos, no dudáramos, no nos cansáramos, ni tuviésemos miedo a avanzar? ¿Merecería la pena caminar? Si todo fuese un camino de rosas, si todo fuese andar sin mirar por donde vas, si todo fuese no equivocarse, si no hiciera falta mirar atrás, si solo hubiera un camino sin bifurcaciones, sin cruces, sin atajos, si las dudas no te empezasen a asaltar, valdría la pena caminar? El llanto es una herramienta que en etapas tempranas nos ayuda a dar a conocer nuestras sensaciones básicas: hambre, dolor, sed, temor… por lo que se convierte en una actividad básica para la propia supervivencia. Todo el mundo sabe que cuando alguien llora es por tristeza o por algún problema, aunque en ocasiones también se llora de felicidad. Pero la realidad es que el llanto forma parte de un mecanismo de limpieza, depuración, activación de todo el organismo. Asimismo, es una reacción ante diversas situaciones para alertar a los que nos rodean como una especie de alarma.

En la vida cotidiana, cuando por alguna razón aparezca el llanto, puede ser porque el cuerpo o la mente lo necesita. Por lo tanto, debe llorarse lo mejor posible, no guardarlo ni limitarlo, sino que sea en toda su expresión. Llorar inhibiéndose puede hacer daño y acumular innecesariamente más problemas que los que el llanto venía a liberar.

Lo más importante es que algo que la mayor parte lo toma como algo triste, para ti ahora será muy provechoso para ser feliz al liberarte de energías acumuladas que hacen daño a la salud en general. Existen diferentes formas de expresar nuestras emociones, entre ellas podemos distinguir una mediante la cual expresamos nuestras mayores alegrías y tristezas: el llanto.

No todos tenemos la misma forma ni los mismos motivos para llorar, algunos son más sensibles que otros y además considero que el tiempo y las diferentes situaciones que nos presenta la vida son factores que nos hacen más fuertes y nos permiten distinguir las cosas por las que vale la pena llorar, o no. Un ejemplo es que cuando somos chicos pensamos que un capricho es motivo de lágrimas, pero cuando crecemos vamos distinguiendo las cosas importantes y podemos discernir cuales son nuestras verdaderas emociones, esas que nos provocan un profundo dolor o aquellas que nos provocan risas mezcladas con llanto.

Nadie llora eternamente. Pero no porque el llanto se acabe, no porque se agote. El llanto es como el fuego, lo consume todo. Cuantas más cosas hay a su alcance más brilla y calienta, más poderoso es y más poderoso se muestra a quien lo observa.

No es eterno, es cierto, pero no se apaga por él, sino porque se han consumido todas las cosas que había a su alcance.

Es por eso que el que sufre, deja de llorar sólo cuando ya no hay ni sentimientos, ni recuerdos, ni deseos, ni tampoco esperanza alguna que se pueda quemar. En esa su última agonía es cuando los rescoldos de lo que fue una imponente llama luchan por conservar su último brillo de fuego. Éste sólo cesará al consumir por completo hasta la última partícula.

Entonces, sólo entonces, Esa Persona deja por fin de llorar. No hay nada ya en su interior que pueda arder en la llama del llanto. (Psi. Patricia B. Bustos)

¿Es Aburrido estar Aburrido?

Melancolìa - Edvard Munch

¿Por que ha de tener el aburrimiento una connotación negativa? ¿O sea, me pregunto, es realmente malo el aburrimiento? ¿Es aburrido estar aburrido? ¿Que extremos de aburrimiento son realmente perjudiciales?

Quien se aburre está asustado de enfrentarse a su propio vacío. Quien se aburre está asustado de ver pasar el tiempo sin encontrar nada satisfactorio. No sé qué entiende cada cual por ser libre. Pero en cualquier caso, siempre estamos encadenados y encadenados podemos estar a cualquier cosa: encadenados a vivir, a soñar, a hablar. El que impone los límites más duros, el dictador más tajante está en nosotros mismo.

¿Es el aburrimiento uno de esos límites? ¿O acaso el aburrimiento es un síntoma? ¿Es el aburrimiento una señal de inmadurez? Aburrimiento, hastío, fastidio, indiferencia, cansancio... A la gente le aburre el trabajo, la convivencia, el amor, la educación, la política… todo impregnado de tedio.

Habría que diferenciar dos estados de aburrimiento: "me aburro", que sería de cualquier cosa y alude a un estado general; y "algo me aburre", como una película porque no me gusta, alguien porque no se congenia bien. Aquí hablamos en todo de caso del "me aburro" El devenir de los acontecimientos en la naturaleza es lento, repetitivo y habitual.Siempre estamos deseando lo que no es y no disfrutamos lo que es, porque nos aburrimos de todas las cosas y necesitamos cambios.

Algunos definen el aburrimiento como un estado de ansiedad, que es el miedo sin objeto, una inquietud interior, un estado artificial de alerta al peligro. Pero hay algo peor que el aburrimiento: el miedo a aburrirse, por eso muchos se llevan un libro a todos lados, o el celu .

El aburrimiento es generado porque no se encuentra la completud. Somos incompletos en cuanto somos mortales. Se aburre quien se piensa inmortal, eterno. Por otro lado, para aburrirse hay que tener tiempo, y no es lo mismo querer vivir que dejarse morir. Encontrar un sentido a la vida, alejándose así del aburrimiento está al alcance de todas las personas. En la medida que aumentan nuestros deberes, compromisos personales y se asume responsabilidad, aumenta el sentido de la vida, dejando atrás el aburrimiento.

La vida tiene momentos para todo y hay que saber estar en cada uno de ellos. Tengo que saber trabajar pero también tengo que saber ociar. Es difícil saber si es el Estado, la publicidad o la sociedad quien organiza nuestro tiempo libre: centros de ocios, parques comerciales…pero lo que si es cierto, es que fuera de esa oferta manipulada existen un montón de posibilidades. Los momentos de tiempo libre en lugar de llenarlos de aburrimiento, se pueden llenar de curiosidad, momentos que pueden servir como motor de proyectos, reflexiones, ideas.

El aburrimiento llega cuando pensamos que las cosas se repiten, que la vida son ciclos. Y aunque cada estado de ánimo nos parezca el mismo, siempre está motivado por distintas situaciones.

La vida no es quietud sino movimiento. Y lo que pasó nunca se volverá a repetir. Desafiar el aburrimiento. Querer vivir. Atentar a la resignación. (Psi. Patricia B. Bustos)

martes, 9 de junio de 2009

Soy Tìmido...¿ què hago con mi timidez ?

Psicologìa de la Emergencia - Alex Gray
¿Eres tímido o tímida? ¿Te crees "raro" o "rara"? ¿Es difícil para ti a hablar a la gente y eres capaz de desmayarte si tienes que hablar en público?
Es cierto que las personas con este carácter se escudan tras el mal humor o el carácter arisco para que la gente no se acerque a ellos y los emplean como técnicas o barreras de protección, pero en general los tímidos acumulan ciertos encantos como son “escuchar bien, ser sonrientes o discretos".
Pero no es la timidez un don envidiable, de hecho es la causa del sufrimiento del individuo y también de la familia que no consigue, y se frustra, al fracasar una y otra vez en el intento de que el pequeño haga amigos o se relaciones fácilmente con sus compañeros de aula.
Y si es preocupante en la infancia, más dolorosa es la timidez en los adultos pues estos la esconden al suponerse censurados por la sociedad y terminan reproduciendo las circunstancias que lo volvieron tímido.
Según la psicóloga las fobias sociales, sobre las que muchas veces descansa la timidez, normalmente tienen sus raíces en la infancia, pero también se puede sufrir en edades más tardías "por motivos como el divorcio o el paro, dos de las crisis que más afectan a nuestro andamiaje emocional".
Superar la timidez requiere herramientas que no siempre el individuo consigue por su cuenta y que pasan por recuperar la seguridad en sí mismo y perder el miedo a los demás. (Psi. Patricia B. Bustos)

¿ Te Gusta la Gente con Swing ?

El swing no es sólo un estilo de jazz o una forma precisa de manejar el palo de golf, sino un don del alma, cuya gracia no se adquiere a ningún precio. Se tiene o no se tiene.
Swing significa oscilar, balancearse, mecer, blandir, hacer girar: son acepciones del verbo que se refieren a un movimiento armónico, que va de dentro a fuera del cuerpo hasta convertirse en aura.
Las personas privilegiadas que tienen swing lo transfieren sin darse cuenta a cualquier acto cotidiano de su vida con una especie de ondulación espiritual.
El swing se manifiesta al caminar, al sentarse o levantarse del sillón, al dar la mano a un amable desconocido, al llamar al mozo, al contar una historia a los amigos en la sobremesa sirviendo al mismo tiempo el vino, al agradecer con una sonrisa irónica un elogio merecido, al mirar a los ojos con una intensidad medida al chico o a la chica que te gusta en la esquina de la barra, al acercar la copa a los labios, al hacer el amor, al desperezarse por la mañana, al bostezar.
El swing va más allá de la armonía corporal, del encanto personal no aprendido en ninguna escuela. El swing también es una forma de encajar con elegancia los golpes bajos que da la vida y de volver al anonimato después de un gran éxito: en este sentido tiene una conexión íntima con la moral laica o la fortaleza de espíritu.
Quien tiene la gracia del swing aplica esta fórmula ondulante, oscilante, balanceante para salir indemne de cualquier infortunio, obligándolo a girar suavemente sobre si mismo hasta controlarlo por completo.
Algunos placeres tienen swing, otros no. Fumar ha dejado de tener swing y tampoco lo tiene el dar lecciones apuntándote con el dedo. Tienen swing, la Ferrari de Schumacher en las curvas, el ritmo de ciertos cuentos de Borges, el triple salto mortal de los acróbatas, el andar fluyente de algunas mujeres y la elasticidad del guepardo ante la presa.
Es muy difícil encontrar swing en los políticos. Ante cualquier ser que uno se tropiece en la vida bastará un sólo movimiento para descubrir si ha sido elegido por los dioses. Un estilo de cruzar las piernas, una forma de tener la copa en la mano. Todo es blues, todo es jazz. Algún silencio es swing. (Psi. Patricia B. Bustos)

viernes, 5 de junio de 2009

Los Coleccionistas

Estampillas - El Romano (Coleccionables)

Los hombres que compran compulsivamente discos y libros no lo hacen tanto por melómanos o intelectuales como por coleccionistas. Esto es, si saben que una nueva colección de jazz consta con seis títulos, se sienten infelices teniendo cinco.

Les molesta la incomplitud como una basurita en el ojo o una piedra en el zapato. Como se siguen editando de manera constante discos y libros, no hay manera de que el coleccionista se sienta saciado. Siempre está esperando algo nuevo.

Es similar a un coleccionista de estampillas o de comics: no importa el notable hallazgo de hoy. En seguida se siente desdichado por todas las cosas que aún no posee. Otra curiosidad del coleccionismo es el ser un fenómeno eminentemente masculino.

Las mujeres no son dadas a formar colecciones. Tampoco a comprenderlas. Y generalmente se sienten proclives a detestar el hobby de su pareja.Ellos entienden que es una pasión que los aleja de la chatura y de la rutina (no soy un triste oficinista: soy un coleccionista de comics del '50).

Ellas no sólo verán en el pasatiempo del marido un gastadero inútil de tiempo y dinero, también discernirán a un enemigo: son los comics lo que la alejan de ella, lo que le imposibilitan tener un diálogo normal.

Ellos pensarán que gracias a su hobby logran soportar el matrimonio: después de la oficina, se concentran por un par de horitas en la colección de estampillas de Egipto. Las ordenan, las recuentan, le escriben un mail a un coleccionista que vive en Nairobi, estudian detalladamente un catálogo para ver cuál falta, siguen cientos de pistas tras una estampilla curiosa que llevan a un punto muerto. Ese par de horas son su remanso. Son sólo suyas.

Le dan paz interior suficiente como para escuchar a la hora de la cena a su mujer y ponerle buena cara a sus historias sobre lo que le pasó en el supermercado, los inconvenientes en el colegio de los chicos,. Antes compartían más tiempo juntos, que tenían más cosas en común. Que después de salir del trabajo podría dedicarse más a estar con sus hijos y ayudarlos a hacer las benditas tareas de matemática.

Él adora ir a la librería. Considera al librero su amigo y nunca deja de llevarle una buena botella de vino para el cumpleaños. La amistad con él es esencial: lo llama al trabajo para avisarle que llegó un material que podría interesarle; le reserva el único ejemplar importado de ese ensayo sobre tumbas etruscas que tanto le interesa.

Su mujer ha transformado al librero en el enemigo visible. Su marido piensa que es su cómplice, pero es su victimario: siempre tentándolo para que compre, para que gaste. Aunque ese mes le había prometido que nada de libros, que había que guardar plata para las vacaciones.

Él piensa que su completa colección de música clásica es una razón de orgullo. Por eso se la muestra a todos los que vistan su casa. Tiene los discos prolijamente ordenados por compositor, y puede exhibir hasta ocho versiones de una misma obra. Ella piensa que su manía por los discos lo hace aún más patético.

Pero la mayoría de las mujeres ignoran que la tasa de divorcios es más baja entre las parejas integradas por coleccionistas. Pese a que siempre están al borde de una guerra campal, ellos tienen buen cuidado de detener la escala de violencia y son menos infieles que el común de los tipos.

¿Por qué?

Porque entre los coleccionistas circulan horrorosas historias de mujeres enfurecidas que atacan las colecciones de sus maridos. Una que tiró los discos de jazz desde un séptimo piso, otra que se negó a entregarle al marido que había huido con una amante su estupenda colección de libros antiguos, una loca que hizo trizas un álbum de estampillas españolas valiosísimas cuando su marido le dijo que la comida que ella preparaba era nauseabunda.

Mitos urbanos o desastres verdaderos, estos cuentos del cuco mantienen a los hombres coleccionistas por la buena senda. (Psi. Patricia B. Bustos)

jueves, 4 de junio de 2009

Secretos

Edvard Munch
Tu secreto debe pasar a ser parte de tu sangre.
Proverbio Árabe
¿Es posible guardar un secreto?
Los secretos son como llaves a portales dimensionales. En mayor o menor grado, una vez develados, se generan cambios que pueden llegar a ser devastadores dependiendo del calibre de lo que se oculta.
Quienes tienen verdades dolorosas bajo reserva se ven envueltos en un halo de especulaciones formado por el entorno y comentarios a baja voz, a veces tan dañinos y complejos como lo que se intenta esconder.
Son, quizás, los secretos a voces los más difíciles de manejar, la presión del entorno puede llegar a ser tan grande que muchos no llegan a soportarlo. Basta solo con la aceptación por parte del dueño para que se genere un ‘yo sabía’ a coro por parte de los implicados en la red de comentarios que harán que la presión sea mayor aún, pero tarde o temprano llegará la calma y con ella, el arrepentimiento de quien no pudo contener lo que guardaba.
La condición del ser humano, de ser sociable, lo lleva a querer compartir con los demás, por eso muchas veces les cuesta guardar secretos. Se dice que a la mujer le cuesta más porque al utilizar más su hemisferio derecho, el soñador, el emocional, se deja llevar por el impulso, contrario al hombre que es más lógico y esa parte lógica lo lleva a decir ‘no voy a revelar ese secreto’.
Como la mujer es más analítica, lo hace, ella está más dispuesta a compartir.Por salud mental lo más recomendable es contar ese secreto personal como forma de desahogo, pero el problema más que estar en contar el secreto, está en saber a quién decírselo.Muchas veces las personas cuentan eso que tienen guardado en una noche de tragos con la persona que tienen al lado o con ese amigo o amiga.
El psicólogo está precisamente en esa condición de saber escuchar. Pero la persona la mayoría de veces no sabe elegir a quién le cuenta”.¿Qué esconden las personas que sienten placer revelando secretos?
Es posible que quien cuente un secreto lo haga por necesidad de agradar a otros, por caer bien en un grupo determinado, por buscar una aprobación en otros. Pero también están los que se dejan llevar por el morbo, los que piensan qué cara pondrá el otro cuando le cuente, cómo reaccionará.
¿Es bueno contar ese secreto personal que está asfixiando?
Es bueno el desahogo sobre todo cuando son cosas que nos afectan emocionalmente, cada órgano asume una emoción, por eso resultamos enfermos del estómago o del corazón por la tristeza. Toda esa acumulación de emociones hace que nuestro cuerpo genere esas enfermedades psicosomáticas.
Para el ser humano es importante desahogarse. Por eso una recomendación es escribir, buscar otras herramientas que generen esa catarsis y que le ayuden a superar la preocupación.Las personas deben tener en cuenta también que los mejores amigos no son los mejores guardadores de secretos.
Hablar de secretos sugiere una responsabilidad que difícilmente se puede llevar solo. Inevitablemente, siempre se termina por compartir la carga con la condición de no difundir lo revelado bajo el disfraz de juramento. Una vez compartido el secreto, podemos estar seguros de que ya dejó de serlo.Los secretos no existen, pues los que se dicen dejan de ser secreto y los que no se dicen se desvanecen. (Psi. Patricia B. Bustos)

Un Fenòmeno Social

Triskel Celta - Route 66 (Matias)

Más que una forma de "decorar" el cuerpo, el tatuaje se ha convertido en una forma de expresión de la cultura actual. Con el tatuaje la persona quiere decir algo más de él y resaltar esa parte del cuerpo dónde se lo hace.

El contexto donde nace el tatuaje es el cuerpo en sí mismo. Hoy en día hay como una devoción por la figura. Y el tatuaje es un emergente.

Los adolescentes comenzaron a imponerlo, pero ya no se puede hablar de una etapa adolescente tan delimitada como antes.

¿Por qué la gente se tatúa?

En general existen dos ejes sobre los que se apoya la práctica del tatuaje:

1. La identidad.

2. Los distintos duelos que uno atraviesa en la vida.

Todas las personas atraviesan diferentes crisis durante sus vidas. Pero existe un tejido social que es menos consistente y menos continente y hay menos canales para registrar esas crisis. Por eso cada persona transmite sus propias experiencias a través de un medio más tangible y modificable: el propio cuerpo. El tatuaje no es sólo una moda pasajera (ya que dura para toda la vida).

Además es la expresión de un síntoma social, y es como una nueva modalidad de arte. En general se lo liga a la adolescencia porque esta etapa tiene la característica de crisis pero en sentido positivo, es un tiempo de romper ataduras, de despegarse de las figuras de los padres, de encontrar nuevas formas de identificación.

El tatuaje juega un papel importante para el chico, ya que es como un sentimiento de identidad nueva. El adolescente con su tatuaje está diciendo: “este soy yo, mírenme”. Por otro lado, el tatuaje se puede emparentar con las intervenciones corporales como los piercing y las cirugías estéticas. Son todas expresiones de la tendencia a canalizar cualquier tipo de inquietud a través del cuerpo.

Diferencias entre el hombre y la mujer En todos los ámbitos existen diferencias de géneros. Y los tatuajes no son la excepción. Así, por ejemplo, el dibujo de una flor lo asociamos a lo femenino y el de un dragón a lo masculino. Para las mujeres el tatuaje es un sucedáneo de liberación sexual, ligada al permiso para mostrar su cuerpo. Por eso es muy común que ellas empiecen por tatuarse diseños más pequeños y muchas veces estos están ubicados en zonas erógenas: los pechos, la zona baja de la cintura, los hombros o el cuello.

En cambio para los hombres es más un acto de virilidad, ya que lleva aparejado el dolor del tatuaje. Para ellos el sufrimiento es una experiencia que los integra a un grupo, y por otro lado el dolor lleva a tener una conciencia más aguda de su propia existencia y es una manera de experimentar nuevas sensaciones.

¿Puede transformarse en una obsesión o en una adicción?

Para muchas personas el acto de tatuarse puede convertirse en una adicción comparable al consumo de drogas. En una sociedad de consumo donde existe la idea de que hay un cuerpo que debe ser producido y trabajado, las expresiones del erotismo buscan nuevas fronteras de expresión como una manera de trasgresión.

¿Para qué sirven los tatuajes?

Los tatuajes cumplen determinadas funciones para el psiquismo individual. El tatuaje viene a reparar algún aspecto que uno considera faltante en uno mismo. Puede servir para compensar situaciones de pérdida, ya sea de un ser querido o de ideales, o de aspiraciones no cumplidas. Puede ser un medio para regular tensiones internas y para expresar afectos y deseos de perdurabilidad. También el hecho de que sea “para siempre” fue cambiando con el paso del tiempo.

Muchas personas se lo hacen con la idea de que pueden ser removidos o transformados en otras cosas cuando el diseño original pierda su sentido, por ejemplo cuando termina una relación de pareja. Pero también está la gratuidad en la posesión de cierta belleza. El tatuaje es sentido pero en muchos también es placer y diversión. Este es otro de los relatos posibles. El del placer de la propia piel transformada en tatuaje.

Llamamos tatuaje a toda práctica que implique la penetración de tinta o pigmento bajo la piel. Tatuar es alojar en el cuerpo, urgir la piel, cifrarla, pintar su interior. También es trazar, cavar, explorar. Es dibujo, a veces color bajo la piel siguiendo un dibujo. Es grafía con la que los pigmentos escriben el significante deseado. El tatuaje se vuelve un dibujo indeleble trazado en el cuerpo y siempre tiene un relato detrás.

Relato que desde lo consciente, remite al momento en que la persona decidió ser tatuada, pero que histórica e inconscientemente, para la vida del sujeto, va más allá. En este hoy. Tiempo donde la muerte está presente en la sociedad, como real y también, como sombra de un pasado cercano en el que el caos y la angustia, dejaron en la memoria colectiva marcas dolorosas e imborrables, escuchamos voces y ecos fantasmáticos de voces reclamando memoria. “Para olvidar, es necesario recordar”.

“Para poder morir es necesario que la vida esté presente”. Son estas dualidades, que el contexto pone en primer plano, (memoria- olvido, vida- muerte, presencia-ausencia), tomadas, como dualidades integradas en una sola. Como contrarios, no plenamente diferenciados simbólicamente, los que convoco para hablar de tatuaje.

Dualidades, incluidas, inmersas en un tiempo y un espacio de cambio social e individual, como es la post-modernidad, y en consecuencia, tampoco claramente instituidos.

Freud asocia la pulsión de ver con el deseo de saber. Saber sobre la sexualidad. Saber sobre la vida y sobre la muerte. Es tomando esta integración del ver con el saber la que me lleva a considerar que el tatuaje en nuestra sociedad es un reclamo actuado. Actualización y representación de una vivencia donde está presente el dolor. Constituye una escena delirante, punto de atracción de la mirada y representación restitutiva en el hoy, de lo traumático del ayer.

El tatuaje es presente que remite al pasado. Como tal, es producto, defensa y escena que se muestra en el hoy. También, es huella cuasi simbólica y marca real en la piel. Constituye a mi entender, una forma de memoria-olvido, que desde una posición activa, convoca a mirar y ser mirado reeditándose a través de ella, la relación inicial entre madre-hijo.

Es entonces, un retorno a los fantasmas del ayer y una defensa ante el dolor psíquico que conlleva lo traumático. Cumplirá para el sujeto, la función de un indicio, vuelta parcial de lo reprimido que dice de la existencia de la muerte pero también dice sobre la vida, cuando actúa, como señuelo, como llamado a un otro a quien convoca reclamándole saber-ser, saber ver, saber-vivir y sobre todo saber enseñar a vivir.

Piel, lugar que en el proceso de construcción de la subjetividad, será espacio real de apuntalamiento de la pulsión, pulsión de vida, pulsión de muerte, posibilitando así, el surgimiento del yo-piel, envoltura psíquica, espacio de separación, intersección y también de unión entre un sujeto y un objeto en proceso de discriminación. Imagen y dolor, dupla que convoca al mundo externo interiorizado y luego proyectado al afuera, pero que pareciera que solo puede ser parido en forma escindida.

Representación simbólica escrita en la piel y dolor vivido en lo real en el acto de tatuarse. Actuación que se convierte en una paradoja. Dice y no dice desde lo simbólico ya que lo vivido no puede ser expresada totalmente a través de la palabra. El sentir está ausente... Representación y afecto no marchan juntos. Algo del trauma asoma y nombra a través de la actuación que implicará el tatuarse, pero deja adentro el recuerdo del dolor.

Repetición que vuelve a producir ese dolor que remite a lo oscuro del trauma primitivo, ahora, dolor físico. Hemorragia liberadora de la energía desorganizante de la pulsión de muerte que lastima, pero también genera una coraza protectora a modo de cicatriz. Segunda piel que cubre el vacío de la discontinuidad dejada por la herida del trauma en el incipiente yo y toma la forma de lo tatuado.

Por eso, el tatuaje transformado en fetiche, sería la forma dolorosa de incorporar el falo materno como representante del saber-poder vivir-morir y un producto del intento de discriminación-indiscriminación. Solución a mitad de camino que el sujeto tiene para intentar elaborar aspectos dolorosos escindidos de su yo.

También una búsqueda de sí, de encontrarse consigo mismo y poder ser . Concluyo diciendo, que considero al tatuaje como una escenificación defensiva, que puede en algunos casos servir para elaborar aspectos del pasado escindidos del yo.

Puede jugar muchas veces, como actuación al servicio del desarrollo, regresión a un tiempo primitivo de la constitución del ser donde lo simbólico, no está claramente instituido. En otros casos, cuando el vacío a nivel de la representación es muy profundo y la herida inicial muy dolorosa, el goce en la búsqueda de unión con el objeto primario será muy pasional y el acto de tatuarse puede convertirse en una adicción.

Momentos especiales de resignificación psíquica, en los que nuevamente se pone en juego el apuntalamiento de la pulsión de vida y se busca claridad respecto a la propia identidad.

Segunda oportunidad para dar sentido y para cubrir espacios de discontinuidad en el yo, de construirse un pasado y decidir respecto al futuro. Decidir si se vive o se muere, si se es en función de sí o en función del otro. (Psi. Patricia B. Bustos)

miércoles, 3 de junio de 2009

Disfrutando las Diferencias

Es cierto que hoy en día las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a su desempeño en la sociedad son mínimas. Pero es por esta misma razón que el entender las diferencias propias entre los sexos es tan importante. Si pretendemos que nuestra pareja responda a ciertas situaciones de la manera que nosotros responderíamos, nuestra relación estará caracterizada por la frustración, durante el poco tiempo que dure. No necesita uno ser más que un observador casual para darse cuenta de que existen diferencias entre hombres y mujeres. Estas se externan en la manera en que socializamos, cuidamos nuestra apariencia, perseguimos nuestros intereses, cuidamos nuestras relaciones, etc. Y aunque uno pueda argumentar que estas diferencias se dan por el condicionamiento social, eso no niega el que existan. Por muy interesante que sea una disertación sobre las posibles causas sociales, psicológicas, históricas, etc. de estas diferencias, para nosotros tendría muy poca aplicación práctica. No es mi intención analizar estas causas, ni determinar si son correctas o incorrectas y por lo tanto necesitadas de cambio. A menos que seas un arqueólogo del futuro que se encontró este documento como reliquia de una civilización ya olvidada, en este momento te encuentras en un mundo en que los hombres y las mujeres son diferentes. Creo que lo que más te beneficiaría en este momento es conocer un poco sobre cuáles son estas diferencias, y cómo afectan tu relación con personas del sexo opuesto. Mi intención es que al entender esto, sepas aprovecharlas para disfrutar más estas relaciones. Al hablar de hombres y mujeres, no puedo referirme en particular a ti, o a la persona del sexo opuesto con quién te relacionas. Esto no es indicio de que tengas que ir al psicólogo. Las características que estaré mencionando se refieren, por así decirlo, al estereotipo de hombre y al estereotipo de mujer. Primeramente, debemos entender que el hombre y la mujer tienen intereses distintos. Esto es, lo que es importante para cada uno como persona tiene una base diferente. El hombre (recuerda, por lo general) está orientado y motivado hacia la consecución de logros, hacia conquistas. La mujer está más interesada en el proceso hacia los logros, y sobre todo en las relaciones personales involucradas en este proceso. En la relación de pareja, el hombre tiene ciertas metas u objetivos que le motivan a desarrollar la relación. La mujer es motivada por la relación en sí, y aunque también tenga ciertos deseos de hacia dónde quiere que progrese la relación, el proceso de desarrollo es más significativo para ella. Otra área de gran diferencia entre hombres y mujeres es la manera de comunicarse. Para el hombre la comunicación tiene el propósito de dejar en claro, con el mínimo de palabras necesario, cuál es la situación presente. Para la mujer, la comunicación tiene el fin de permitirle compartir sus sentimientos respecto a la situación presente, situaciones similares en el pasado o posibles en el futuro, y personas involucradas en ellas. Desde tantas perspectivas como sea posible. Es por esto que el hombre no ve la necesidad de continuamente declarar sus sentimientos hacia su pareja. Si le ha dicho que la quiere, y el sentimiento no ha cambiado, no hay razón de repetir la información. En ocasiones también se da el caso de que el hombre no está consciente, o seguro, de lo que siente. Como no puede establecer definidamente estos sentimientos, prefiere no decir nada al respecto. Por su parte, la mujer necesita continuamente escuchar cuál es el estado de la relación, principalmente en cuanto a sentimientos. Aún si el hombre no está seguro de qué es lo que siente, la mujer quiere saberlo. Es válido para el hombre decirle a la mujer que no está seguro de lo que siente, si es sincero y lo comunica apropiadamente. Es necesario saber que, para la mujer, el cómo se comunican las cosas es tan importante como lo que se comunica. Para un hombre es suficiente que alguien le diga la información necesaria, basada en hechos tanto como sea posible. La mujer prefiere que el mensaje sea comunicado de tantas maneras creativas como sea posible. La comunicación también se refleja en una tercera área de diferencia entre hombres y mujeres: la resolución de problemas. De hecho, la diferencia comienza desde el punto de que, para el hombre, si existe un problema hay que resolverlo, de preferencia por uno mismo. Para la mujer, lo importante es hablar de la situación, e involucrar a otros en hablar de ella. Cuando el hombre enfrenta un problema, se retrae, el hombre se retira a "su cueva" cuando hay un problema. Esta cueva puede ser un lugar físico o una actividad en la cual el hombre pueda estar solo con sus pensamientos, ya sea para planear la solución al problema o para relajarse lo necesario para enfrentarlo. Lo último que busca el hombre es otra persona con quién hablar de su problema, a menos que haya determinado que necesita la ayuda de un experto, y entonces habla con éste. Cuando una mujer enfrenta un problema, lo primero que busca es alguien con quién platicarlo. De hecho, para la mujer no es tan importante encontrar la solución al problema como el que alguien la escuche a ella. Cuando la mujer le relata un problema al hombre, el hombre interpreta esto como que ella quiere que él lo solucione, y en cierto sentido le hace responsable de la solución. Es por eso que, al escuchar el problema que enfrenta la mujer, el hombre decide que es preciso hacer algo, "dame sólo los detalles necesarios y yo me encargaré del resto". Pero la mujer no ha terminado de compartir sus sentimientos respecto al problema, y al notar que el hombre se impacienta con ella (porque quiere ir a resolver el problema), siente que a él no le importa cómo se siente ella, y que esto significa que ella no es importante para él. El entender los diferentes acercamientos a la resolución de problemas nos ayuda en la cuarta área de diferencia entre hombres y mujeres: las necesidades que tenemos como personas. En general, el hombre necesita ser necesitado y admirado, mientras que la mujer necesita sentirse amada y cuidada. Este es uno de los puntos en que se ve que la perspectiva de la pareja debe ser una de complementarse, no de ser dos personalidades iguales. También existe aquí una fuerte relación entre estas necesidades y los papeles tradicionales del hombre y la mujer, ya sean causa o resultado de éstas. Para el hombre es importante cortejar y "atrapar" a la mujer, esto satisface su necesidad de ser admirado; para la mujer es importante sentirse lo suficientemente valiosa para merecer el esfuerzo de ser "acechada", esto satisface su necesidad de ser amada. Por otra parte, al dejar que el hombre tome la iniciativa en la relación, se satisface su necesidad de ser necesitado, y el de la mujer de sentirse protegida. Esto no quiere decir que la mujer se vuelve pasiva. Tanto el hombre como la mujer deben estar conscientes, y ser cuidadosos, de que sus demostraciones de afecto, sobre todo las físicas, sean interpretadas correctamente por la otra persona. En general, es bueno entender que en una relación entre personas de sexos opuestos, -ya sea amistad, noviazgo, o matrimonio-, ambos se acercan a ella con ciertas necesidades y perspectivas diferentes. Cuando buscamos que la otra persona no sólo entienda estas necesidades, sino también que las satisfaga como lo esperamos, debemos prepararnos para una desilusión. Es muy difícil que nuestra pareja pueda satisfacer todas nuestras necesidades relacionales y personales, y el poner sobre ella esta carga es demasiado. (Psi. Patricia B. Bustos)

Donde esta la Felicidad

Alegorìa de la Felicidad - El Bronzino
"La felicidad no se trata de llegar a la cima de la montaña ni de deambular alrededor de la montaña: la felicidad es la experiencia de escalar hasta la cima”. Una creencia actual de la mayoría de las personas es que la felicidad son breves momentos de emoción, chispazos de alegría que nos toman en un momento y nos llevan a un estado de exaltación o manía, y que, así como llegan, se van.
Creemos que no es posible sostenerla y que los períodos buenos y beneficiosos tienen que ser seguidos por momentos malos y oscuros, en una especie de péndulo emocionales inmutable. Y esto no es así.
La felicidad no es efímera. Se constituye en un estado permanente según la gestión de los afectos que haga cada persona, cómo se mantenga en armonía y su forma de concebir la felicidad.
La felicidad está en el acto amoroso de darle algo a alguna persona o un grupo. Es mi disposición, mi sentimiento y la calificación de mi acto de entrega, lo que lo convierte en un acto feliz. La felicidad se manifiesta mayoritariamente en un acto relacional, hacia algo o alguien.
También está la felicidad de hacer algo amorosamente por mi mismo. Es en ese vínculo con otro donde se manifiesta un acto amoroso que refleja la felicidad.La felicidad está en mi acto amoroso de entrega y goce de lo que hago, y no está en la persona u objeto que recibe ese amor.
Aquí está la gran confusión. Mucha gente dice: "me hace feliz tal persona" y ponen la fuente de felicidad fuera de si mismos, por lo que, cuando esa persona se comporta de un modo discordante, me siento infeliz. Y ahí está el error. Mi felicidad no está contenida en los otros ni en las cosas. Está contenida en mi acto amoroso de dar o de sentir. Más banal aún.
Puedo sentir amor por el dinero que he conseguido y la felicidad está en mi capacidad de sentir eso y en lo que he hecho para lograrlo. No está en la plata. Es decir, la felicidad deriva de mi amor y se manifiesta en el proceso y la cadena de acciones que ejecuto para generar "eso" que quiero entregar o lograr.
La felicidad está en el proceso, no está en el resultado. Todas y todos queremos ser felices y buscamos o esperamos a ESA felicidad que llegue a nuestras vidas, siempre condicionándola a hechos o resultados futuros: Seré feliz cuando encuentre al hombre de mis sueños o seré feliz cuando adelgace o cuando encuentre el trabajo de mis sueños. En fin siempre hay algo que aún no se realiza en nuestras vidas y que es la llave a la felicidad permanente.
Pues te tengo malas noticias, por mucho que nos esforcemos, siempre habrá un motivo que retrase la llegada de la felicidad, pero SÍ podemos poner un poquito de nuestra parte para hacer de nuestros días algo placentero y lleno de detalles y momentos felices. Esto no es gratis y requiere un poco de trabajo de tu parte, pero no cuesta dinero puedes llevarte agradables sorpresas al ver los resultados.
Para comenzar debes decidirte a ser una PERSONA más feliz, suena obvio, pero es súper importante. En otras palabras debes aprender y decidir que las pequeñas contrariedades y problemas de la vida diaria no tienen la capacidad de cambiar tu ánimo, humor y ganas de ser feliz.
No olvides reír, la risa alegra el corazón y es buena para la salud. Es mejor una risa y una cara alegre que las penas y la depresión recorriéndote por toda el alma. No hay mejor medicina que la risa y es muy importante dentro de este secreto de la felicidad en tu esfuerzo por convertirte en una PERSONA feliz, pese a todo y pese a nada ríe, que es mejor.
Simplemente haz felices a los que te rodean. Darte a los demás llena el corazón de satisfacción y te enriquece La felicidad no es un estado futuro, es una posibilidad en el presente, es algo que se tiene, que simplemente no se ha observado, no se ha sabido experimentar, no se ha aprendido a verla. Ya lo sabes, la felicidad es posible y no es ningún secreto. Es solo una cuestión de actitud y un poquito de esfuerzo personal. Haz la prueba. (Psi. Patricia B. Bustos)